Los aceites vegetales contienen altas cantidades de ácido linoleico (ver siguiente figura), un componente Omega 6 presente en la grasa corporal, conocido por sus propiedades proinflamatorias.
Hace un siglo, el ácido linoleico representaba aproximadamente el 1% de la grasa en nuestros tejidos. Desde 1950, este valor ha sido monitoreado regularmente, y en 2024, se estima que ha alcanzado el 30%, es decir, 30 veces más que hace 100 años.
Además de ser altamente proinflamatorio, lo que contribuye al desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, nuestro cuerpo utiliza este ácido para la creación de nuevas células, las cuales nacen ya dañadas.
Esto implica que estamos construyendo nuestras membranas celulares y mitocondrias con materiales deficientes, en lugar de utilizar componentes robustos y saludables.
El cuerpo tarda aproximadamente 4 años en eliminar el 50% del ácido linoleico, y otros 4 años adicionales para eliminar el 50% restante.
Los aceites vegetales se encuentran comúnmente en aceites embotellados, generalmente en envases de plástico, y en una amplia variedad de productos procesados por la industria alimentaria.
Para una mejor salud, se recomienda evitar su consumo y
optar por otras alternativas saludables como manteca de res, mantequilla de res
o aceite de coco.
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